Descripción
Es el resultado de un paciente y amoroso proceso artesanal que comienza en el acto casi ritual de sembrar – otra vez la tierra- su propia materia prima y culmina ante nuestros ojos, constelando el espacio habitable. Jawerbaum materializa su interés por las grietas, los hoyos, los espacios intermedios, a través de la organicidad de estos pliegues que dan textura, volumen y sentido al vacío. Situarnos ante estas obras es entregarnos a una experiencia estética cuya porosidad nos conecta con aquello que está a la base de nuestra humanidad, en una escala que nos permite re-conocernos, que nos recuerda que un intersticio puede ser un perfecto refugio desde el cual seguir jugando con el otro. En el entre, siempre.