
«Caparazones» es una instalación de 1996, con tres formas ovales.
La figura central se ha visto siempre como una referencia al mundo orgánico femenino, a la sexualidad.
Las caparazones resguardan, albergan memoria.
Otras de mis obras presentan una forma orgánica femenina y otra masculina, enfrentadas o complementarias, expectantes.
Como artista que comenzó su camino en épocas desfavorables para la mujer,
siempre me tocó bregar por un mundo más igualitario.
Se hizo mucho camino ya y falta mucho por hacer.