Las primeras referencias que nos llegan de cuadros al óleo son a partir del siglo XII con Teofilo.

También Cennino Cenninni nos  hace referencia a principio del XIV, pero Los Flamencos en el siglo XV fueron los que se distinguieron por la maestría con que utilizaban óleo y resinas en la preparación de sus colores, uno de ellos Jan Van Eyck es visto como “su inventor”.

Los aceites utilizados eran, el de linasa, el de nuez oel de adormidera.

Disolvían estos aceites con esencias vegetales, la más utilizada trementina, también  lavanda,  espliego  y romero y los utilizaban como aglutinante de los pigmentos para unir y mejorar los colores y la textura de la pintura.

El oleo permitió ampliar la gama de colores, hizo la pintura más maleable para poder realizar empastes o capas muy finas.

Sus propiedades permitían hacer sombras más opacas y luces más brillantes. Los colores se veían más vibrantes y saturados más fáciles de mezclar y de mantener disponibles más tiempo preparados en pequeñas vejigas de animales bien cerradas.

Los impresionistas fueron los que comenzaron a disfrutar los pequeños pomos que conocemos nosotros, esta diferencia fue la que les permitió salir del taller y captar su primera “impresión” de las luces en los paisajes al aire libre.

Varios de los artistas que podes encontrar en Sitio de arte lo utilizan para sus trabajos, Martín Coelho, Guillermo Rodríguez Enríquez, Héctor Meana, Beti Alonso, Tomas Fracchia,

Martin Coelho nos cuenta su experiencia:

Empecé a utilizarlo en el 2012. Fue un gran cambio en mi forma de trabajar ya que al ser una  pintura al aceite tiene otros tiempos. Uno debe hacer pausas si quiere corregir u modificar algo. Comprobé que es el mejor material para pintar por la calidad y la plasticidad que tiene. Esto también tiene que ver con el hecho de estar en otro momento pictórico, con otra energía donde está más presente la reflexión, la observación. El óleo es muy adecuado para eso y expande las posibilidades.