Escultura en Hierro

Le preguntamos a Nadia Guthman sobre la escultura en hierro, material con el cual se encuentra trabajando.

“A lo largo de los años he trabajado con distintos materiales: cerámica, madera, piedra, cemento, resina y otros. Cada material es hermoso y se pueden hacer infinitas cosas, pero el que me tiene cautivada desde hace años es el metal, especialmente las mallas de metal: tejidos metálicos y hierro desplegado. Cuando me encontré con estos materiales lo primero que sentí fue la libertad de poder construir figuras de gran tamaño y a la vez livianas, darles movimiento y proyectar las sombras. Pero lo que me atrapó fue que me encontré conjugando conceptos biológicos y escultóricos para hablar de cuestiones humanas.

Evidentemente, los tejidos metálicos remiten a los tejidos biológicos al delimitar las formas por medio de superficies semejando tegumentos y membranas. La porosidad del material reafirma la idea de interfaz comunicante similar a los tejidos vivos, que separan y a la vez conectan los individuos con el entorno. La avidez por el oxígeno del hierro o cuando se funde al rojo vivo al soldarlo, me hacen sentirlo vivo, recordándome la sangre que corre por nuestras venas.

El hecho de poder ver a través de la trama, me invitó a trabajar con los espacios internos y convertirlos en hábitat para otros seres. Incluir un animal dentro de otro puso en duda los límites, la separación, la individualidad, para pasar a reflexionar sobre otro tipo de unidad: el sistema.

Tal como ocurre en los ecosistemas, resultado de la coevolución, cada componente no puede entenderse sin el otro. Me volqué entonces, a indagar sobre las relaciones entre los organismos y los paralelos entre ecología, sociedad y psiquis. “

Nadia Guthman